El extremo norte de la calle de los Canonges se conocía en el período medieval con el nombre de “La Plaza”, lo cual define su función como espacio de mercado. La zona era muy cercana al acceso principal de la catedral. Hoy el espacio aún conserva su esencia medieval destacando los soportales de la banda de poniente, bajo los cuales se podían instalar a cubierto puestos de venta ambulante, lo cual hacía posible la celebración del mercado aunque las condiciones meteorológicas fueran adversas.
La Seu d’Urgell era un punto de referencia comercial y de servicios para su entorno pirenaico. Llegaban los productos más diversos de todos los territorios de la Corona de Aragón, y hasta de lugares más lejanos. La existencia de un mercado semanal ya es mencionada en el año 1029, y la celebración de una feria desde el año 1048. De acuerdo con esa fecha, la de La Seu sería la feria más antigua documentada en toda la península ibérica.
Esta importancia comercial se debe relacionar también con las iniciativas del obispo Ermengol de construir grandes infraestructuras que facilitasen el movimiento de personas, animales y mercancías hacia La Seu.