La actual iglesia de Sant Miquel, dedicada hasta el siglo XIV a san Pedro, es el último vestigio de la actividad constructiva del obispo Ermengol en La Seu d’Urgell durante el siglo XI. La iglesia tiene una sola nave, con un crucero en la cabecera donde se abren tres ábsides semicirculares. La cubierta actual es fruto de una reforma gótica; con vigas de madera apoyadas sobre arcos de diafragma apuntados. Por su parte, el crucero está cubierto con bóveda de cañón.
En el siglo XIV, cuando los dominicos trasladaron su convento al interior de La Seu d’Urgell, su templo fue construido en el emplazamiento de la antigua iglesia románica de Sant Miquel. A partir de ese momento, la antigua advocación de san Pedro fue sustituida por la de san Miguel, nombre con el cual se conoce actualmente la iglesia construida por el obispo Ermengol.
Ya entrado el siglo XV, se promovió la construcción de un magnífico retablo gótico dedicado a san Miguel y san Pedro, que cubría el fondo del ábside central. Esta obra, de Bernat Despuig y Jaume Cirera, se halla actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, junto con las anteriores pinturas murales de estilo románico que habían decorado el ábside cuando la iglesia todavía estaba dedicada a san Pedro. El programa pictórico estaba presidido por un Pantocrátor muy relevante.